lunes, 1 de diciembre de 2008

¿Qué es amar?

[Mayo 2005]
Mi memoria es pésima y olvide colocarle cuando correspondía. Al escribirlo me encantó, pero visto desde la distancia, le falta un hervor.

Le veo. Todas las noches le veo. Le veo sonriendo, le veo llorando. Le veo sin mí pero sus ojos dicen que no le gusta estar así. Es un chico curioso, siempre viste igual, no se sabe peinar y no le oí hablar jamás. Pero da igual. Habla con sus ojos, con su corazón y me cuenta cuentos, cuentos de vida, de alegría, cuentos que me hacen pensar que me quiero enamorar, de él nada más.
Nadie más le mira y nadie más le conoce, pero sé que existe. Se que me quiere y se que le quiero. Sé que es quien yo espero. Yo espero que todas las piedras con las que tropiece se vuelvan lisas gracias a él. Viene con su apisonadora, destruyendo el dolor y a la gente que me abandona. Viene sin decir nada. Sólo sonríe, no habla. Jamás me besó y jamás me abrazó, es más jamás me tocó. No lo necesita. No lo necesito. Con mi mirada le vale para saber lo que quiero. Le veo todas las noches sonriendo. Mi vida se vuelve melancólica, pero armoniosa. En sus ojos leo: “Eres graciosa”, en mis ojos lee: “¿Por qué?” y mensaje tras mensaje, cambia el paisaje y ahora le veo, en un globo, con él, vuelo. “Dime la verdad, ¿Qué es amar?”, le preguntó cuando estamos juntos. Con su mirada me escribe una larga carta, y su frase más bella es esta: “Amar no es más, que poder vivir sin nada, sin respirar, sin dormir y sin hablar, sólo con amar, tener aire, tener paz, no necesitar nada más”. Acertó, siempre acierta, siempre convence con sus miradas, que parecen cartas, cartas con poesías, cartas que me iluminan.
-¿Por qué vosotros veis amor, en montones de flores, fechas anuales y demás cosas banales?-Me sonrío una noche.
-No sé, es el significado que se le da a lo que nunca perdurara-Le mire yo.
Lo bello y lo bonito dura más que un ratito. No se marchita ni se pasa, no se olvida ni se habla. Pues mirada tras mirada yo ya estaba enamorada, ya no comía ya no dormía, ya no hablaba ni respiraba, sólo vivía de amor, que fabricaba para él y del que me sobraba un montón. Ni con besos ni con abrazos, él jamás me saludaba, la mirada le servía para decirme que me amaba. Toda mi vida enamorada, de quien habla con la mirada, de quien habló con el corazón. Mi romance se acabó, cuando murió mi ilusión, cuando él desapareció, por las horribles influencias que me tomaron por loca, por la loca que no comía ni respiraba, pero que sorprendentemente no se moría, sino que andaba. Todo aquello se acabó cuando me obligaron a vivir sin su amor, él se marchó y mi vida se acabo no volví a hablar, ni a mirar, ni a soñar, volví al mundo real, allí donde tengo que respirar y no se puede amar.

No hay comentarios:

Creative Commons License
Sólo puedes extraer información si citas el sitio (con enlace) como fuente de origen del material.